martes, 25 de septiembre de 2012

Fez, la Ciudad de los Santos


 
Al norte de Marruecos se ubica la mítica y mística ciudad de Fez, cuna de los santos y eruditos más increíbles de la religión del desierto. En su medina se esconden los secretos de las antiguas cofradías sufíes que aún hoy beben del Vino Secreto del Amor por el Amigo.

Hace algunos años, cuando caminaba por el lugar deseando empaparme del aroma de santidad que desprenden sus mezquitas y sus barrios más antiguos, solía saludar a un viejo derviche que se sentaba pidiendo limosna en la puerta de uno de los cementerios más añejos. Movido por la curiosidad y por su cálida sonrisa, cierto día quise acercarme hasta él y conocer su historia. Después de los saludos de rigor, le pregunté:

-   ¿Cómo ha llegado usted a esta situación?

-  ¡Perdí toda mi fortuna y mi posición! – me respondió el anciano.
Dispuesto a ayudarle, extendí mi mano y le dije: 

- ¡Ven conmigo!

-  No lo entiendes, querido niño – me susurró enigmáticamente.

-   ¿Qué es lo que no entiendo? – pregunté muy extrañado

-   No puedo vivir bajo un techo, ni casarme... no puedo hacer ninguna de las cosas que antes hacía.

- No lo comprendo – confesé

- Hace algunos años me encomendé a Dios y le rogué que me condujera hasta Él. Al salir de la mezquita, como por arte de magia, todo lo que poseía me fue arrebatado. Mis hijos y mi mujer murieron de forma extraña. Toda mi riqueza desapareció como si nunca hubiera existido. Yo sabía que Su Mano estaba detrás de lo sucedido. Fui dándome cuenta de que todo lo que amaba, todo a lo que me aferraba, moría o me era arrebatado de manera violenta, por lo que finalmente decidí renunciar a cualquier cosa hasta que una noche, en Sueños, escuché una Voz que me decía.“Te lo he quitado todo y Me he dado a ti. A partir de ahora, solo me tendrás a Mí”
Así que, hijo mío, ¿qué podrías tú ofrecerme? ¿Qué podría yo desear de ti o de cualquier otro si ya tengo lo que siempre he deseado?–

Mientras hablaba no pude contener las lágrimas. En sus ojos tenía el destello de aquellos que han llegado al final del camino y han vuelto, y sin embargo, nadie podía adivinar su secreto bajo aquella manta de lana que siempre cubría su cuerpo. En más de una ocasión accedió a rezar conmigo y durante la plegaria, quien lloraba era él. Eran lágrimas de alegría y gratitud hacia nuestro Creador.

Antes de regresar a España me dijo:

“He disuelto en mí toda dualidad. Estoy alegre por Su Cercanía y triste por Su Lejanía. Río y lloro a la vez de tristeza y felicidad. Cuando Le Recuerdo, me lleno de Gozo y de Pena. Canto y bailo para Él y sin embargo no sé que ofrecerle que no Le Pertenezca. Voy cinco veces a la mezquita y el resto del día lo paso rezando. Estoy muerto para el mundo pero vivo para mi Señor. Soy pobre, porque no tengo nada, y rico, porque le tengo a Él. Observo la Creación pero solo veo a Dios. Hace tiempo que me perdí de vista para que no volviese en mi mente a haber dos. Amo al mismo tiempo Su Ira y Su Misericordia. Veo con los mismos ojos al justo y al pecador. Espero pacientemente mi hora y desespero de pasión. He olvidado mi nombre recordando los de mi Señor. Todo lo que existe en el mundo, canta alabanzas a su Creador”  

sábado, 15 de septiembre de 2012

LA ALFOMBRA Y EL ROSARIO




A´udhu billahi min ash-shaytanir-raÿim. Bismillahi-Rahmani-Rahim. As Saddhu an La ilaha ill Allah. As Saddhu ana Muhammadan Rasulullah. As Saddhu ana Isa Ruhllah wa ana la chaie. As-salamu ´alaykum.

Cuando el hombre reconoce la soberanía del Señor, todo cambia. Por el Espíritu se hacen nuevas todas las cosas. El mundo antiguo se revela con la Luz de los Nombres del Creador y todo refulge. El castigo de la tumba, si somos fieles al Camino Recto, no tendremos que gustarlo.

Según la tradición islámica, el alma del difunto espera en el sepulcro la hora del Juicio Final. Éste, nuestro destino común, sin embargo, será bien diferente entre los que han obrado correctamente y los que se extraviaron y fueron rebeldes.

Durante toda la vida nos hemos puesto en el altar de Dios adorándonos a nosotros mismos, protegiendo nuestro ego, agasajándolo con los mejores placeres. No obstante, el cuerpo será llevado al cementerio y los gusanos gustarán el sabor de nuestra carne ¿Tantos esfuerzos para finalmente ser comida de gusanos?

“En la soledad de la tumba, solo quedará la intimidad del siervo y su Señor. Cuando envuelvan tu cuerpo en la mortaja y lo bajen al agujero. Cuando tus familiares se marchen uno a uno y sientas caer la tierra sobre el lienzo. Cuando tu nombre solo sea un recuerdo y ya no haya más tiempo. Entonces sentirás el frío de la muerte corromper tus miembros y el terror del vacío te ahogará como una soga al cuello. Tus posesiones no te servirán, nadie oirá tus lamentos. Pedirás ayuda y solo habrá silencio. Cuando venga el ángel negro a los pies de tu cama y conduzca tu alma al su Decreto. Cuando los gritos ya no valgan y de nada sirva el arrepentimiento. Cuando cese la respiración y se aquiete el aliento te preguntarás por qué, en la vida, perdiste tanto el tiempo” Diwan de los Pobres

Cuando nos encaminamos hacia la mezquita con la intención de repetir el Testimonio de Fe, los ángeles nos acompañan cantando y toda la creación se detiene porque quien estaba perdido, ha vuelto al hogar, y su Padre, que le echaba tanto de menos, no puede contener su júbilo y envía a Sus emisarios para evitar cualquier obstáculo en el regreso de Su hijo. Entonces, estrechando la mano del imán, le miras a los ojos, se hace el silencio y toda la tierra se dispone a escuchar cómo de tus labios surge la llave de la vida que vivificará el espíritu para acabar después postrándote ante tu Señor por primera vez en oración. ¡Dios es el más Grande! El milagro se ha consumado.

Entonces, los hermanos que te acompañan, en algunos casos, te ofrecen un regalo de bienvenida que consiste en una pequeña alfombra y un rosario de cuentas. Lo que no puedes imaginar es que ese pequeño trozo de tela es tu parcela en el Paraíso.

Al igual que en el cuento de Aladino, el día de tu regreso a la no existencia, el alma volará sobre esa alfombra hasta ocupar un lugar en el Reino de los Cielos, donde permanecerás sentado esperando la oración frente al Trono de Dios junto a los demás fieles que se reparten en hileras frente y detrás de ti.

Así, sus límites serán tan grandes como haya sido tu fe. Podrán extenderse desde los límites de sus bordes hasta un jardín cuyo final no alcance la vista. Sobre ella encontrarás ríos de leche y miel, árboles frutales, los manjares más deliciosos, el vino secreto que nuestro credo no prohíbe… y las huríes que, en contra de lo que dicen algunos, no son ninfas, sino los estados del alma más cercana al Creador.
La realización de los Nombres y Atributos más Bellos de Dios que se consuman en nosotros, los cuales, aunque sean utilizados, nunca menguan, como una botella que no se vacía o un perfume que nunca se agota.
Por esa razón, prefiero las alfombras de oración de color verde, al igual que las de la mezquita del Profeta s.a.s. en Medina, porque cuando realizo el salat, imagino que estoy en mi parcela del Paraíso y que, frente a mí, está el Trono de mi Señor.

“Entre mi casa y mi lugar de oración (Mihrab o Mimbar) se encuentra un Jardín de los Jardines del Paraíso” Hadiz

Por otra parte está el rosario o tashbir, con el que, mediante el recuerdo constante de los Nombres y Atributos de Dios, además de la repetición sostenida de Sus Alabanzas, iremos purificando el corazón para que en nuestro continuo mental se inculque el dulce néctar del sabor del Amor Divino. Así, siendo constantes con esta práctica, hasta en sueños nos sorprenderemos adorando a nuestro Señor no solo con los labios, también con la mente inconsciente, lo que será fundamental para soportar y contrarrestar los embistes del enemigo y nos allanará el camino hacia nuestro lugar en el paraíso.

     “Cada criatura se forma una imagen distinta de Mí. En lo que opina de Mí es donde Me encuentro. Purificad vuestros pensamientos, criaturas Mías, pues son Mi morada y Mi residencia” Hadiz Qudsi

sábado, 8 de septiembre de 2012

VEN



Quiera que seas ¡ven! ¡Ven! quien quiera que seas… El Alma gira alrededor del Secreto del Amor. Musulmán o cristiano, judío o adorador del fuego, ven.
Blanco o negro, pobre o rico, alto o bajo, si estás enfermo, ven. Si estás triste, ven a llorar con nosotros.
En el Espíritu todos somos uno. Desde el interior, únicamente existe el secreto del Amado. Nuestra Taberna es antigua, se erigió antes de la creación. En ella se sirve el Vino Añejo, ven y bebe despacio, trago a trago. Deléitate con el néctar del Amor.
Puede que el ego te domine. Abandona el ego y ven. La Auténtica Realidad se alcanza por la experiencia directa. La experiencia directa por abandonar el ego y venir.
La Taberna es un estado, en ella se reúnen los pobres de Dios. Aquellos que nada tienen porque lo han puesto todo sobre el altar de su Señor.
Dentro del cuerpo se debaten dos fuerzas, la tendencia animal y la aspiración angelical. La primera está sujeta por la gravedad, la segunda aspira a remontar el vuelo atraída por la Inmensidad.
Abre la puerta de la jaula de la forma y deja salir al ruiseñor. Deja que remonte el vuelo, escucha su canción.
Es un triste relato, habla de la separación. Abre las puertas de la jaula y deja que se reúna con su Amor.
¡Ven con nosotros y enloquece! Déjate llevar y ven. Remueve todo tu mundo, aligera de su peso al corazón. Gira con el cosmos, danza como un junco, postra tu frente ante al alquibla del Señor.
Olvida todo lo que sabes, ante su Trono no puede haber dos. Entona despacio Sus Nombres, deja que empapen tu razón. Después contempla, el Amor hace nuevas todas las cosas. ¡Ven con nosotros y bebe!
El dueño de la Taberna ha dicho: “Existe un Paraíso en el que no hay palacios, ni jardines, ni ríos de leche y miel”
Ese paraíso es el Recuerdo, el Recuerdo es amarle solo a Él.
Si te sientes afligido ven. Si te sientes solo ven. Si estás en un desierto, ven. ¡Ven y enamórate!
El Amor es uno solo, dos no puede haber. Si quieres conocer el secreto de nuestra Taberna espera junto a la puerta. Cruza despacio el puente del ser y del no ser. Solo hay un Dios es la llave, la locura viene después… los ángeles cantan Sus Benditos Nombres, el ruiseñor ha subido tan alto que ya no se puede ver. Ven con nosotros y canta ¡Dios es Bueno! No hay otro dios sino Él.